Curiosa elección la de María Botto para esta noche, firmada por Juanjo Oliva. El vestido está compuesto por dos partes completamente diferenciadas: un cuerpo en color gris perla con palabra de honor en forma de corazón —un tanto arriesgado, por cierto, da la impresión de que algo va a desbordarse por allí—, y debajo una falda de vuelo hasta el suelo y con un poco de cola en color negro. El contraste entre la parte superior y la inferior es una excelente idea, pero la zona en la que se unen tiene una extraña doblez que da la impresión de que sobra. Como a Paz Vega, a María Botto le recomendamos también un toquecito de autobronceador para que su piel se diferencie de la de su vestido.