A mediados de los 60, la compañía Philips erigió en Eindhoven (Holanda) este edificio en forma de platillo volante para acoger un museo de ciencia. Se le bautizó como el Evoluon, y durante años atrajo a curiosos y visitantes en busca de conocimiento, pero a medida que se abrían nuevos museos, sus ingresos disminuían, así que cerró en 1989, para volver a abrir sus puertas nueve años más tarde, totalmente reformado, y como centro de conferencias que aún sigue funcionando.
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