Cayetano sí, Telma no

Se debate en las tertulias "rosas" sobre las incompatibilidades, en algunos casos, del derecho de la información con el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen. Telma Ortiz ha puesto el dedo en la yaga pero sin encontrar amparo en la justicia. En cambio, Cayetano Martínez de Irujo sí. ¿Cuál es la diferencia?

Se llenan las bocas algunos "cotillas" de la información de que tras el auto firmado por la Juez Lourdes Pérez Padilla, titular del Juzgado de primera instancia número 3 de Toledo y encargada del caso, la democracia y la información han triunfado frente a la censura. Nada más alejado de la realidad. Aquí lo único que ha reconocido el auto del pasado 15 de mayo es "la inviabilidad jurídica" de la demanda presentada por Telma Ortiz, hermana de la princesa.

Cierto es que el auto establece la clara proyección pública que tiene Telma, y que por ello no a lugar la demanda que ella pretendía en favor de su derecho de la imagen. Si se hubiera alegado defensa del derecho a la intimidad personal y familiar la cosa hubiera cambiado. Y si no, que le consulten a Cayetano Martínez de Irujo, que con las salvedades que tiene cada caso, sí ha obtenido el apoyo de los jueces de nuestro país.

El hijo de la Duquesa de Alba pedía exactamente lo mismo que Telma Ortiz: medidas cautelares contra los medios de comunicación. El juez ha prohibido a determinados medios (Antena 3 y Cuarzo- productora de Ana Rosa Quintana) emitir imágenes de una entrevista realizada a una chica que afirmaba haber mantenido una relación sentimental con Cayetano, así como evitar que la cadena emita comentarios sobre la vida privada del mismo.

La diferencia es notoria: Telma se agarraba a su derecho de imagen y Cayetano a su derecho al honor y al derecho a la intimidad. La primera no ha obtenido las medidas cautelares y el segundo sí. Pero aquí los tertulianos no han levantado la voz, más bien todo lo contrario. ¿Es censura? - no, es justicia.

Muchas han sido las equivocaciones de Telma Ortiz. Cuando uno entra en el juego de los medios, no puede salir. Los programas del "chismorreo" han logrado lo que pretendían. Desde que se planteara la demanda ante los tribunales, han vendido más revistas y han subido índices de audiencia; y encima, ahora, ella sí va saber lo que realmente es acoso mediático. Porque los paparazzi mostrarán la sentencia antes de disparar el flashazo, y nadie podrá negarse. Telma, y otros personajes más van a sufrir excesos hasta que, por necesidad, las cosas cambien o las hagan cambiar.

Lo único que quiero dejar claro que aquí no ha triunfado el derecho de la información, porque para que esta exista deben de haber hechos noticiables. Lo noticioso no es necesariamente lo que más vende. Existen unos criterios, objetivos, que determinan si algo es o no es noticiable, pero para ello tiene que haber detrás de la información un profesional que determine esto en función de unos parámetros, y no en función de guerras de audiencias o de difusión. Si Telma Ortiz va al supermercado no es noticia. Nunca.