Atrapadas por el espejo (parte 5/5)

Continuación de la parte 4...

Imagen utilizada por Oliviero Toscani en una campaña de publicidad del año pasado y que fue apoyada por el Gobierno italiano

No hace más de un año, murió Maiara Galvao Vieira, una niña brasileña de 14 años que pesaba 36 kilos, a causa de una parada cardiorrespiratoria provocada por las condiciones extremas de una dieta con la que la joven deseaba acercarse al mundo de la moda. En palabras de Lirio: “La niña murió porque esta mierda de obsesión la consumió”. Añade que muchas niñas mueren porque no pueden soportar todo esto, porque es demasiado fuerte; dice que es horrible despertarse cada mañana y escucharte a ti misma delante del espejo lo horrible y lo gorda que estás. “Cuando esa voz es tan fuerte que no hay modo humano de callarla, es cuando te dejas llevar. Si te dejas llevar demasiado pasa exactamente lo que le pasó a esa chica brasileña” sentencia Lirio.

Un continuo goteo de víctimas y afectadas que destapan la cruda realidad de una enfermedad cada vez más vigente y cada vez más devastadora.

En la actualidad, en nuestro país, el Ministerio de Sanidad ha firmado un acuerdo con los principales empresarios y creadores de moda en España como Inditex, Mango, Cortefiel o El Corte Inglés, con el fin de homogeneizar sus patrones, o lo que es lo mismo, unificar las tallas de las prendas de ropa. Una de las infinitas medidas que todavía quedan por asumirse para intentar dar solución a enfermedades como la anorexia o la bulimia, que se están comiendo la vida de tantas personas.

Muchas chicas charlan habitualmente con Ana y Mía como si fueran personas. Antonia G. conoce muy bien a Mía, lleva ya mucho tiempo a su lado. La describe como una mujer alta y muy delgada que luce una larga melena morena. El rostro de Ana es pálido y ojeroso. Tiene los ojos hundidos y sus labios están morados a causa del frío y como consecuencia de tanto vómito. Sus manos están destrozadas y se le aprecia bello por todo su cuerpo. Cuando Antonia y Mía se miran a los ojos siempre sale la misma pregunta: “Por qué yo”.

Lirio R. lleva cinco años al lado de Ana, y también puede definirla a la perfección: “Lo que más me llama la atención de ella son sus ojos negros, sin brillo, que guardan una mirada triste e infinita. Es pálida y muy delgada, su cara es casi blanca. Su piel es seca y está demacrada, como sus manos cortadas. Pese a todo la veo guapa e imperturbable, perfecta y ligera”. Lirio siempre le recrimina: “Por tu culpa mi vida se ha convertido en sombras”. Ana escucha sus reproches sin decir nada: “Ella sabe que no tengo fuerzas para decirle que salga de mi vida”, añade Lirio, que en el fondo reconoce que no puede vivir sin ella después de haberse acostumbrado a sus manías. “Ella me mira por encima del hombro. Es superior a mí y a todas…”.

La vida de estas jóvenes cambió radicalmente por culpa del reflejo de un espejo. Un espejo que ahora cuando se miran no les dice nunca la verdad. El deseo de convertirse en princesas de un cuento perfecto seha transformado en una terrible pesadilla que apenas las deja vivir. El dolor, las mentiras, el sufrimiento, la soledad... devoran a estas niñas que osaron presentarse un día a Ana y Mía.

Quizás algún día se enfrenten contra ellas y rompan las cadenas que las atan al miedo, quizás algún día salgan de ese espejo que las tiene atrapadas. Para ello antes, tienen que romper ese espejo maldito.

Carlos F.