Ayer y hoy

El tiempo pasa y nosotros con él. Ya nada es lo que fue y nadie volverá a ser lo que nosotros fuimos. Las nuevas generaciones han dinamitado la infancia y ya no entienden de aquellos guiños y aquellos gestos. La "play" e Internet han arrasado con todo y con todos.

Se ha perdido la "ley de la botella" o la "ley del vaso". Se ha perdido "cortar" para que no jugase nadie más. Se ha perdido el chándal roto y el bocadillo de nocilla. Se ha evaporado el patio del colegio y las zapatillas duras "J´Hayber" (nadie logró jamás romperlas).

Las hierba de las plazas ha sido endosada debajo de cemento. Siempre era más emocionante jugar sin porterías colocando las mochilas en el suelo. El dueño del balón hacía los equipos. Ganaba el más fuerte, no el más listo.

Entonces fueron tantas cosas y hoy tan escasas que, al mirar hacia detrás, dan ganas de volver a aquellos días que nunca volverán.

Entonces los calimochos valían 300 "pelas" y la cerveza 250 pts.

Entonces quedabas con los tuyos en la puerta del bar para "pelearte" con algún otro grupo que había tonteado con una de las que iban contigo. Creías que a ellas les gustaba eso, luego comprendiste que no. Normalmente empujones y voces, nunca o no siempre, golpes.

Entonces, ni ellas ni ellos salían a "tirarle" a toda la que pasara alrededor sino que salías con tus amigos sin importarte nada.. Después descubriste aquello de irte a la esquina del bar, con Extremo de fondo, y buscar accesos prohibidos en el cuerpo de otra chica. Entonces tocar un culo era lo máximo.

No teníamos móvil pero siempre estábamos localizados. Hoy estamos más perdidos que nunca y, en ocasiones, cuando no estás para nadie siempre dan contigo. ¡Qué paradoja!