¡QUE VILLA ESPAÑA!

Ya podemos cambiar la canción del mítico Manolo Escobar e incluir a Villa como ídolo nacional. Ayer, con un 'hat-trick', nos ilusionó y nos emocionó. Analicemos el significado de esta ley no escrita del fútbol

Platini, el amo del 'hat-trick' (Reuters)

David Viila entró ayer en la historia y ya figura en las estadísticas de la UEFA como el séptimo jugador que ha conseguido marcar tres goles en la fase final de una Eurocopa. El último que lo hizo, otro conocido de la afición española: Patrick Kluivert, que entonces militaba en el Barcelona.

Aquel jugador que anota tres goles en un mismo partido tiene derecho a llevarse el balón con el que se haya disputado el partido firmado por todos los jugadores que hubieran intervenido en el mismo. Y ayer Villa buscó durante todo el partido ese esférico que lucirá para siempre en el salón de su casa, porque una hazaña como esta no se consigue todos los días.

Cuenta la leyenda que el término 'hat-trick' nació en el criquet, cuando se premiaba con un sombrero a aquellos jugadores que lograran 3 'wickets' de manera consecutiva, es decir, un lanzamiento hacia las tres estacas situadas detrás del bateador y que derriban uno de los dos travesaños ubicados en su parte superior, y que logra eliminar al jugador y que éste sea reemplazado por otro.

Lo cierto es que ésta es una de las muchas normas no escritas que encierra el balompié y que le hace no perder esa esencia con la que nació en Inglaterra. Resulta cada vez más complicado encontrar a jugadores capaces de firmar tres goles  en un partido por la disposición de los equipos. El fútbol cada vez se equipara más. Antaño, los jugadores más brillantes eran los que jugaban de delanteros y los que hacían los goles. Ahora hay jugadores que pertenecen a las líneas defensivas que atesoran tanta, y en algunos casos más, calidad como las estrellas goleadoras. Esto hace que conseguir tres dianas sea digno de admiración.

Más complicado todavía es conseguirlo en una Eurocopa, donde la tensión es máxima y donde un gol te puede mandar para casa. Los equipos se encierran mucho y muestran un orden casi milimétrico. Un jugador tiene que estar especialmente inspirado para hacer un 'hat-trick'. Las ocasiones no son tantas y el acierto y la precisión tienen que ser máximos.

Michel Platini fue todavía más allá y consiguió, en la Eurocopa de Francia 84, un triplete por partida doble. El primero lo hizo en un partido contra la que era subcampeona de Europa, Bélgica, en el que Francia se impuso por un contundente 5-0. Y el segundo ante Yugoslavia, de forma heroica, ya que sus tres goles valieron para remontar un 0-2 adverso. El astro francés había firmado 7 goles en tan sólo 3 partidos y acabaría aquella Eurocopa como máximo goleador, con 9 dianas.

En aquella Eurocopa de 1984 disputada en Francia y ganada por los franceses hubo un finalista: España. Los Camacho, Arconada, Santillana, Carrasco... no pudieron hacer nada ante los anfitriones y perdieron 2-0 en la final disputada en el Parque de los Príncipes (París). Aquél campeonato se le conoce como la Eurocopa de Platini.

Esta vez ha sido un español el que ha comenzado como 'pichichi' del campeonato con 3 goles en su primer partido. Su juego y sus cualidades hacen pensar que serán muchos más los que pueda hacer el delantero asturiano. Calidad y velocidad le sobran. Cuanto más lejos llegue España, más goles marcará Villa, y cuantos más goles marque Villa, más lejos llegará España. Un tándem perfecto.

"...Por eso se oye este refrán: QUE VILLA ESPAÑA..." y siempre lo recordarán...