Portugal ya se ve en cuartos

Dos jornadas, dos victorias. El balance portugués, hasta ahora, es perfecto, impoluto. Hoy sólo han necesitado jugar bien media mitad para vencer a una República Checa que ha dejado una mejor imagen que en el primer encuentro.

Deco, goleador (EFE)

Los checos han cambiado sustancialmente su forma de jugar. Ni si quiera la victoria ante Suiza les convenció, y el míster ha decidido intentar jugar mejor, algo que no es muy difícil, visto el paupérrimo debut. Más allá del cambio de referencia atacante, dejando fuera a Koller en detrimento de Baros, el estilo y la actitud han sido más atractivos.

Sin embargo, ni la mejor República Checa posible es superior a Portugal. Hoy han tenido la intención de atacar, han sabido cambiar de estilo, pero les faltan armas. La potencia descontrolada de Baros es insuficiente. Demasiado poco para Pepe y Carvalho.

La primera mitad nos ha recordado la característica principal del fútbol: la imprevisibilidad. Un tempranero gol de Deco, tras una magistral jugada de Ronaldo, hacía brotar la normalidad y los pronósticos esperados antes del partido. Sin embargo, los checos empatarían tras un corner rematado con el mejor jugador, hasta ahora, de la selección checa, Sionko. A partir de ahí el encuentro ha cambiado drásticamente.

 El juego se desarrollaba justo al contrario de lo que se podía esperar. Viendo el debut de cada selección, pocos podían atisbar que los checos tuvieran el dominio del encuentro, pero así ha sido. Los de Brückner mostraban una cara desconocida hasta el momento, contraria a la victoria con Suiza.  Han sabido anular a la perfección a sus rivales, presionando la salida del balón, tapando a Moutinho y Deco, dejando libre a Petit, y consiguiendo anular la mayor arma de los lusos: las bandas.

Y como imprevisto es el fútbol, en la segunda mitad, el devenir del partido ha cambiado por completo. Poco a poco, Deco ha comenzado a tomar el control y los puñales de las bandas aparecían más y con más peligro. Los checos aportaban peligro sólo a balón parado, sin que la presión de los primeros 45 minutos fuese suficiente en la segunda mitad para anular a los lusos, que han encontrado más espacios.

Con el mayor dominio portugués, ha llegado el segundo tanto del encuentro. Los centrocampistas checos han tardado tres segundos en presionar a Moutinho, lo suficiente para que el del Sporting de Portugal pensase. A raíz de su inicio, y gracias al tremendo criterio que aporta Deco en todas sus acciones (sospechosa la comparación entre sus actuaciones con Portugal y con el Barcelona), Cristiano Ronaldo ha anotado el segundo.

 Sin embargo, los checos no han cambiado de ideas. Seguían buscando la portería, y más con empujones que con fútbol, han tenido alguna ocasión de arrancar un punto. Pero los centros a la búsqueda de Koller son tan previsibles como insuficientes, y las contras lusas demasiado peligrosas como para apostar por el ataque anárquico y desmedido. Eso no va con los checos. Y así ha llegado el tercero. Otra lección de sabiduría y criterio de Deco ha provocado el tanto de Quaresma.

Con esta victoria, los portugueses ya se ven en cuartos de final, mientras que los checos se jugarán el pase en el partido con Turquía en la última jornada. Si yo fuera el rival de cuartos de los portugueses, tendría miedo.