Tanorexia: adicción al color

La tanorexia o adicción al bronceado es la necesidad obsesiva que sufren multitud de personas por verse siempre más bronceadas, poniendo por ello en riesgo su salud.

Los tanoréxicos pasan horas y horas al sol sin importarles las consecuencias para su salud

Hay personas que se ponen moradas devorando su comida favorita. Otras palidecen hasta tornarse blancas como la nieve cuando ven una aguja ante sus ojos. Todos conocemos a inocentes y apacibles ancianos que al paso de una joven agraciada se transforman en viejos verdes. Mientras unos ven la vida de color de rosas, otros desearían no tener siquiera que verla. Un simple piropo puede hacer que alguien tímido se ponga rojo como un tomate. Y cuando el cielo se vuelve más azul que nunca, es cuando hay personas que desearían volverse más negras que el carbón. Es la tanorexia; una enfermedad que verano tras verano va cobrando mayor relevancia y notoriedad en los medios, pero que lejos de ser algo exclusivo del periodo estivo, altera la personalidad de quienes la sufren durante todo el año.

¿Qué es en realidad la tanorexia? Básicamente y sin entrar en detalles, se trata de un trastorno psicológico que hace que quienes lo padecen, nunca se vean lo suficientemente morenos sometiéndose por ello a jornadas interminables al sol, y acudiendo a salones de bronceados cuando el tiempo no les permite someterse a los rayos naturales del astro rey. Y con ello su aspecto no les satisficiera, como sucede siempre, recurren entonces a sprays que los colorean como se tiñe un zapato.

No conviene tomar a la ligera este tipo de “patología solar”, porque a los efectos a corto plazo que soportan los tanoréxicos, se unen los que habrán de sufrir a medio y sobre todo largo plazo. Los dermatólogos insisten una y otra vez en que el castigo al que podamos someter a nuestra piel hoy, no se traducirá nunca en un melanoma mañana, ni pasado mañana, ni en un mes. Pero con toda seguridad ese castigo tendrá su respuesta en unos años, tal vez cuando ya ni recordemos esas horas de más que pudiéramos pasar este mismo verano al sol.

Por ello los tanoréxicos son un grupo de personas a los que hay que prestar especial atención y procurarles un tratamiento adecuado para su enfermedad. Como en el caso de la anorexia y otros trastornos psicológicos, el tanoréxico niega rotundamente su condición de enfermo. Es este punto donde habremos de incidir especialmente en un primer momento, de modo que asuman que su atracción enfermiza por el sol es algo real y dañino para salud, para posteriormente poder tratar su desintoxicación. Para ellos el sol no deja de ser la droga que les proporciona la felicidad de verse morenos. En ocasiones, será necesario combinar este tratamiento psicológico con la acción de un dermatólogo cuando se dieran evidencias de daños a nivel ya físico.

Está claro que el sol reporta multitud de beneficios, pero siempre que sea bajo unas condiciones que todo el mundo conoce, pero que apenas nadie respeta. La sociedad nos somete bajo el yugo de la cultura por y para la imagen. Ver a alguien moreno para muchos es sinónimo de una persona saludable. Verse moreno para otros es pura adicción, una enfermedad y no un invento de los medios. Y no hay nada saludable por definición en la enfermedad.