Los gobernantes de Europa y Asia que desde hoy participan en la séptima cumbre birregional han coincidido en la necesidad de dar una respuesta coordinada a la crisis financiera, surgida en Estados Unidos pero que arrastra ya a todos los países desarrollados y a las economías emergentes.La cumbre Asia-Europa (ASEM), que reúne a una treintena larga de presidentes y primeros ministros de ambos continentes, se ha abierto hoy en el Palacio del Pueblo de Pekín, en medio de una nueva jornada negra para las bolsas por el temor de los inversores a una inminente recesión mundial.China, Japón y otras potencias financieras asiáticas, menos contaminadas en principio por las hipotecas de alto riesgo estadounidenses, habían permanecido hasta ahora a la expectativa ante una tormenta que parecía azotar sólo al otro lado del océano.Pero la persistencia de la inestabilidad y el temor a los efectos del hundimiento del crédito sobre las exportaciones propias, las necesarias inversiones extranjeras y el crecimiento económico están disparando la inquietud. Duración: