Belando cae herido "grave" y Lalana escucha tres avisos

Zaragoza.-  El novillero Pablo Belando resultó herido grave por el tercer novillo en el festejo que tuvo lugar hoy en Zaragoza, función que quedó en un mano a mano entre Juan Manuel Jiménez, que 'pinchó' una buena faena a su primero, y Alejandro Lalana, que escuchó los tres avisos también en su primer astado.

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(EFE)

El novillero Pablo Belando. EFE/Achivo

Se lidiaron tres novillos -segundo, quinto y sexto-, de Herederos de Domingo Martín Peñato, y otros tres de Javier Molina, primero y tercero como sobreros, desiguales de presentación, mansos y de poco juego a excepción del noble primero.

Juan Manuel Jiménez, ovación tras un aviso, silencio en el que mató por Belando y ovación tras un aviso.

Alejandro Lalana, silencio tras tres avisos, ovación y ovación en el último que también mató por Belando.

Pablo Belando, herido por su primero.

Belando fue operado en la enfermería de "tres heridas: una a nivel rama horizontal, maxilar inferior izquierda de 3 centímetros, otra más en la región grural del muslo derecho con orificio de entrada de 5 centímetros y dos trayectorias, una superficial e inferior de 7 centímetros y otra más profunda que contunde los elementos del Triángulo de Scarpa. Tercera herida en la cara interna del tercio inferior del muslo derecho con orificio de 6 centímetros y dos trayectorias: una posteroinferior que desgarra la musculatura isquiotibial y otra anterior que desgarra las fibras del muslo vasto interno. Conmoción cerebral. Pronóstico grave".

La plaza tuvo un cuarto de entrada.

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Jiménez 'pinchó' una buena faena a su primero, al que dibujó interesantes pasajes por los dos pitones. Los otros dos trasteos que llevó a cabo tuvieron voluntad pero poca redondez.

Lalana se vio desbordado por su manso y complicado primero, evidenciando poco rodaje y escasos recursos, escuchando finalmente los tres avisos. Sus otras dos faenas estuvieron marcadas por el trato cariñoso del tendido, pues tampoco llegó a resolver nada el hombre.

Pablo Belando, que sustituía a Juan Carlos Cabello, resultó prendido de forma espeluznante cuando toreaba de muleta a su primero, que le propinó una cornada en el muslo derecho, aunque lo peor fue la caída, sobre el cuello, que hizo que el joven murciano perdiera el conocimiento de inmediato en el mismo ruedo.