Cambio de hábitos

Septiembre inaugura la actividad postvacacional con dos medidas que obligarán a los ciudadanos a cambiar sus hábitos cotidianos de consumo: la desaparición de las bombillas incandescentes y la eliminación de las bolsas de plástico en supermercados. Ambas iniciativas proceden de decisiones europeas que establecen fechas límite para el uso de estos productos debido a su impacto directo en el medio ambiente.

Carrefour se han adelantado ya a la  prohibición comunitaria y han anunciado que desde hoy eliminará  este las bolsas de las cajas de sus centros comerciales de Madrid.  En España, el uso de bolsas de plástico es extremadamente popular: somos el tercer país europeo en su consumo, por tanto, uno de los que más hemos contaminado con este residuo. Cada español recibe anualmente 238 bolsas de plástico, cada una de ellas  tarda 400 años en degradarse y  provoca numerosos daños en el medioambiente, especialmente en el entorno marino. Su gratuidad es, quizá, las circunstancia que nos ha hecho más irresponsables en la utilización de las bolsas de usar y tirar, sin recapacidad (ni empresas, ni ciudadanos) sobre las consecuencias que el acto cotidiano de su uso tiene para nuestro entorno. De momento, Carrefour ha tomado esta iniciativa, mientras que otras cadenas de distribución están optando por medidas más tibias, sin la valentía suficiente para su eliminación definitiva. En España, la excepción es Cataluña, donde el gobierno autonómico ha prohibido las bolsas de plástico en todo su territorio  Una decisión responsable, a pesar de su posible impopularidad (aunque cada vez más limitada debido a la extensión de la conciencia ecológica entre los ciudadanos).

Además de las bolsas de plástico, este mes de septiembre dejaremos de encontrar en las tiendas bombillas incandescentes de 100 vatios, las más contaminantes. Un objeto que nos ha acompañado prácticamente desde su invención allá por 1879. Su desaparición total del mercado se hará de forma progresiva. Se inicia este mes de septiembre con las de mayor potencia, pero avanzará con el resto: dentro de un año la prohibición será para las bombillas de 75 vatios, en 2011para las de 60 y en 2012 para las de 40 y 25 vatios. El objetivo es que a partir de 2020 los europeos ahorremos 40.000 millones de kilovatios en nuestro consumo eléctrico, es decir, en términos ecológicos, que dejemos de emitir 15.000 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.

Estos necesarios cambios son dos indicadores claros de que no sólo el modelo productivo y las grandes empresas deben de adaptarse a los nuevos  criterios económicos en los cuales la sostenibilidad es un factor fundamental. Somos los ciudadanos los que, en nuestros actos cotidianos, debemos ejercer esa responsabilidad con nuestro entorno. 

La eliminación de las bolsas de plástico y de las bombillas incandescente representan además, el inicio de una nueva época en la que tendremos que acostumbrarnos, sí o sí, a muchos otros cambios que permitan superar un modelo de consumo insostenible e irresponsable.