Principios y objetivos de la Mancomunidad de Naciones

Johannesburgo.-  La Commonwealth o Mancomunidad de Naciones (antiguamente Mancomunidad Británica de Naciones) es una asociación voluntaria de 53 estados soberanos que, con la excepción de Mozambique, comparten lazos históricos con el Reino Unido, la antigua metrópoli colonial.

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(EFE)

El obispo anglicano zimbabuense N. Kunonga, denunció también la posición de la Commonwealth frente al tema de los derechos humanos, aunque por diferentes razones.

Es una organización a través de la cual, países con diversos antecedentes sociales, políticos y económicos cooperan en un marco de valores y objetivos comunes delineados en la Declaración de Principios de la Mancomunidad firmada en Singapur el 22 de enero de 1971 y ratificada por la Declaración de Harare de 1991.

La Commonwealth carece de constitución, pero esos dos documentos son considerados como los más importantes dentro de su declaración de principios y, de hecho, sirven como su "Carta Magna".

Entre otras cosas, la Declaración de Singapur subraya la necesidad de promover y reforzar la paz y seguridad internacionales; la democracia; la libertad del individuo e iguales derechos para todos; la importancia de erradicar la pobreza, la ignorancia y la enfermedad y se opone a todas las formas de discriminación racial.

Reconoce, asimismo, la importancia del buen gobierno, el respeto a los derechos humanos, la igualdad entre el hombre y la mujer, el respeto a las leyes y apoya el desarrollo socioeconómico sostenible.

La financiación de la Commonwealth está a cargo de los gobiernos, que participan en ella, con una cuota calculada a partir del Producto Interior Bruto (PIB) y al tamaño de la población de cada país.

Los 2.000 millones de personas englobadas por la organización -alrededor del 30 por ciento de la población mundial- provienen de un muy amplio rango de religiones, razas, culturas y tradiciones.

En términos generales el principal objetivo de la Mancomunidad es la cooperación internacional en el ámbito político y económico, pero la asociación de sus miembros no implica sumisión alguna hacia la Corona británica.

Con el ingreso de Mozambique, en 1995, la organización ha favorecido el término Mancomunidad de Naciones, obviando el adjetivo "Británica", a fin de subrayar su carácter internacionalista.

El ingreso de Mozambique desencadenó una polémica a nivel internacional, pues la antigua colonia portuguesa en África oriental no tenía nexo alguno con la comunidad británica y la maniobra fue calificada por algunos detractores como una suerte de neoimperialismo cultural y económico en una región afligida por la pobreza.

La Secretaría General de la organización justificó la incorporación de Mozambique como un reconocimiento a la cooperación del país en la cruzada de la Mancomunidad contra el racismo en África, particularmente en Sudáfrica y la antigua Rodesia, actualmente Zimbabue.

Para evitar situaciones similares, a partir de la Cumbre de Edimburgo en 1997 la organización limitó su asociación sólo a aquellas naciones que posean algún vínculo constitucional con las naciones de la Mancomunidad y se comprometan a respetar las normas y convenciones existentes en la misma.

La reina Isabel II de Inglaterra es la cabeza de la organización y, según los principios de la Commonwealth, "símbolo de la libre asociación de sus miembros", sin que su posición implique poder político alguno sobre los estados asociados.

En la práctica, es el Secretario General de la Commonwealth -desde 2000 el ex ministro de Asuntos Exteriores neozelandés Don McKinnon- quien conduce, como jefe ejecutivo, la organización.