EE.UU. y R.Checa no logran cerrar su acuerdo sobre el radar antimisiles

Washington.-  EEUU y la República Checa no han logrado finalizar aún su acuerdo para la instalación de un radar antimisiles en suelo checo, aunque se encuentran cerca, afirmó hoy el presidente George W. Bush.

ampliar foto

(EFE)

El primer ministro de la República Checa Topolanek (izqa) junto con el presidete de Estados Unidos George Bush (dcha) durante una rueda de prensa celebrada en el Despacho Oval en Washington D.C.

Bush se reunió hoy con el primer ministro checo, Mirek Topolanek, en el Despacho Oval de la Casa Blanca, en una reunión en la que también estuvieron presentes el consejero nacional de Seguridad, Stephen Hadley, y el subsecretario de Estado, John Negroponte.

En unas declaraciones a la prensa tras la reunión, Bush indicó que en las negociaciones se trata de llegar a un acuerdo entre los dos países sobre el código de comportamiento y las normas por las que se regiría el personal estadounidense que trabajase en ese radar en la República Checa.

"Lo que el primer ministro está planteando son cuestiones legítimas, y las mismas cuestiones se plantean en Polonia", indicó Bush, quien subrayó, no obstante, que "hay voluntad de que las cosas salgan adelante".

"Sólo nos separan tres palabras", insistió el presidente estadounidense, de quien inicialmente se esperaba que firmara hoy mismo el acuerdo de despliegue con Topolanek.

Por su parte, Topolanek indicó que otro de los asuntos pendientes de resolución es la necesidad, reclamada por su país, de que las tropas estadounidenses que puedan quedar destacadas en la República Checa cumplan los requisitos más estrictos en materia de respeto al medioambiente.

Sin embargo, también expresó su convencimiento de que los asuntos pendientes se "resolverán muy pronto". Son "detalles técnicos", aseguró el primer ministro.

El radar forma parte de un polémico escudo antimisiles que Washington quiere desplegar en Europa del Este y que incluye también diez interceptores de misiles en Polonia.

El Gobierno de EEUU defiende el plan con el argumento de que el sistema es imprescindible para proteger al país y a sus aliados europeos de posibles ataques de estados hostiles.

Este proyecto ha sido fuente de fricción con Rusia, cuyo presidente, Vladímir Putin, se encuentra tajantemente opuesto al plan al considerar que se trata de una amenaza a la seguridad de su país.

Rusia ha amenazado incluso con apuntar sus misiles hacia Polonia y la República Checa si el plan se materializa.

Los dos mandatarios abordaron también en su reunión precisamente la oposición rusa, y Topolanek aseguró al presidente estadounidense que será su Gobierno, no Moscú, el que decida finalmente lo que ocurre en su territorio.

Bush se declaró alentado por esas palabras, en las que Topolanek "me dejó claro que será la República Checa la que tomará las decisiones sobre lo que ocurra en su suelo".

La reunión de hoy entre Bush y Topolanek se produce en el mismo día que se celebra un encuentro de expertos en Varsovia para abordar el escudo.

Aunque la República Checa se ha mostrado en general favorable al despliegue, en Polonia el entusiasmo parece haber disminuido desde la llegada al poder el pasado verano del Gobierno del primer ministro Donald Tusk.

Tusk advirtió el pasado lunes que Polonia aceptará ser base del escudo antimisiles norteamericano sólo si Washington acepta sus condiciones, que fundamentalmente pretenden que EEUU colabore en la modernización del Ejército polaco y en la seguridad militar del país.

"O nuestras condiciones y nuestros requerimientos son tenidos en cuenta, o no habrá escudo antimisiles en nuestro territorio", aseguró el primer ministro polaco, quien tiene previsto viajar a Washington dentro de dos semanas para tratar también este asunto.

Una vez que los países lleguen a un acuerdo, los Parlamentos de las respectivas naciones deberán ratificarlo.

A cambio de aceptar el despliegue del radar en su territorio, la República Checa busca acceso a tecnología militar estadounidense.