El Dalai Lama también encuentra oposición entre los suyos

El líder espiritual de los tibetanos, el Dalai Lama, ha anunciado que abandonará su puesto si la violencia continúa en Lhasa, la capital del Tíbet. En cualquier caso, el poder del Dalai Lama ya se ha visto contestado por algunos jóvenes en el exilio que están radicalizando el discurso de su líder. El principal punto de discrepancia entre ambos sectores se centra en la respuesta a la siguiente pregunta: ¿Autonomía o independencia?

(REUTERS)

Dalai Lama

El Tíbet es una región cuyo estatus legal ha variado a lo largo de los siglos. China defiende que, oficialmente, la zona ha formado parte del país desde el siglo XIII, por lo que debe seguir bajo su control. Mientras, los tibetanos aseguran que la región ha sido un reino independiente durante muchos siglos y que el dominio chino ha sido inconstante. Como cuando el Tíbet proclamó su independencia de forma unilateral en 1912 (aunque no gozó del reconocimiento internacional), la cual se extendió hasta 1951, cuando los tibetanos devolvieron su soberanía a China tras un poderoso envío de tropas. En 1959 se produjo una infructuosa rebelión contra el gobierno chino que se saldó con el exilio a India del Dalai Lama. Precisamente, los enfrentamientos que se están produciendo en Lhasa coinciden con el 49º aniversario de dicha rebelión.

Pero también se producen por la cercanía de los Juegos Olímpicos. Los tibetanos saben que los ojos de la comunidad internacional miran hacia China, por lo que han aprovechado la situación para dar visibilidad a sus reivindicaciones. Igualmente se ha librado en internet. Y las protestas también se deben a cuestiones económicas: los habitantes del Tíbet creen que las autoridades chinas les han apartado del desarrollo económico que vive el país. Pero, sobre todo, las revueltas se producen porque sienten que China está pisoteando sus libertades políticas, religiosas y culturales (el Dalai Lama ha hablado en ocasiones de "genocidio cultural").

¿Cuál es la postura que ha mantenido el Dalai Lama como líder espiritual desde que se iniciara su exilio? El Tíbet goza de un sistema de "autonomía étnica regional" desde septiembre del año 1965. Este hecho implica, en teoría, la existencia de órganos autonómicos para manejar sus propios asuntos. Sin embargo, el Dalai Lama siempre ha negado que esa autonomía sea real y efectiva. En los primeros tiempos de su exilio, el líder espiritual reclamó la independencia del territorio tibetano. Sin embargo, con el paso del tiempo, el Dalai Lama adoptó una visión calificada de "vía intermedia", que busca incrementar las facultades autónomas de la región. El dirigente espiritual ha anunciado por activa y por pasiva el abandono de sus pretensiones independentistas. Así lo hizo en entrevistas a la revista 'Time', al diario 'El País' o en sus constante declaraciones.

Sin embargo, el Gobierno chino no termina de creérselo y dice que la postura del Dalai es más bien una impostura que oculta una su afán de independencia. "El Dalai Lama tiene que abandonar sus pretensiones independentistas y aceptar que Tíbet es parte inalienable de China", ha reiterado hoy el primer ministro chino Wen Jiabao.

A favor de la independencia

La inamovible posición del Gobierno chino, enrocado en su negativa a negociar con el Dalai Lama, es uno de los motivos que ha generado una radicalización en el discurso de algunos tibetanos en el exilio. La CNN ofrece una entrevista a Tenzin Tsundue, que es uno de los dirigentes de la asociación independentista "Friends of Tibet". En ella, el activista y escritor habla de una "nueva cultura de resistencia" que ha aflorado entre los monjes más jóvenes, los cuales iniciaron una marcha desde India hasta el Tíbet que durará varios meses (y que ya ha sufrido varios episodios de represión).

Tsundue asegura que limitarse a reclamar la autonomía equivale únicamente a "hacerse ilusiones". Estos grupos independentistas discrepan también con el Dalai Lama en su postura hacia los Juegos Olímpicos. Mientras que el líder religioso ha hecho un llamamiento a la contención y pide que no haya boicot, el grupo de monjes más jóvenes ha solicitado al boicot al evento que se desarrollará en Pekín a partir del próximo ocho de agosto. Eso sí, ambos grupos rechazan el uso de la violencia.

Existe una tercera postura en el seno de la comunidad tibetana, que es aun más radical. Es la de aquellos que se sienten decepcionados ante los escasos resultados prácticos de la "vía intermedia" del Dalai Lama y que han elegido el uso de la violencia. Como aquellos manifestantes que incendiaron vehículos y comercios durante los días pasados en Lhasa. Precisamente, es este aumento de la tensión y la violencia frente al que se ha manifestado el Dalai Lama y el que puede arrastrarle hasta la dimisión, tal y como ha anunciado.