El Legislativo chino cierra su sesión anual con el Tíbet y la inflación como retos a resolver

Pekín.-  La sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP) china, máximo órgano legislativo, se cerró hoy con la preocupación por el conflicto abierto en el Tíbet y el difícil panorama económico que se presenta para el país, que quiere ser este año el centro del mundo.

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La aprobación de los presupuestos para 2008, que incluyen un aumento del 18 por ciento en la partida de Defensa, y el visto bueno al informe anual de 2007 del primer ministro, Wen Jiabao, fueron los actos finales de dos semanas de sesiones, que este año se vieron eclipsadas por las revueltas tibetanas registradas en Lhasa el 14 de marzo.

El plenario, formado por cerca de 3.000 diputados de todo el país, aprobó también los informes del Tribunal Popular Supremo, la Fiscalía General y el plan de desarrollo económico.

La sesión de este año destacó por el nombramiento de numerosos nuevos líderes comunistas, aunque los tres principales (el presidente, Hu Jintao, el primer ministro Wen y el presidente de la ANP, Wu Bangguo) fueron confirmados en sus cargos.

Entre las nuevas designaciones destaca la de Xi Jinping como uno de los vicepresidentes del país, un nombramiento que lo posiciona como firme candidato a suceder a Hu al frente de la presidencia del Gobierno chino.

También es reseñable la entrada en la cúpula de Wang Qishan (ex alcalde de Pekín) y Li Keqiang (otro "presidenciable") como viceprimeros ministros, y la creación de cinco nuevos superministerios: "Industria e Información", "Recursos Humanos y Seguridad Social", "Medio Ambiente", "Vivienda y Construcción" y "Transporte".

Este año las intervenciones más destacadas se produjeron lejos del hemiciclo, como fueron las de los líderes políticos de la región autónoma de Xinjiang, en el noroeste del país, quienes en su viaje a Pekín aseguraron a la prensa que terroristas de esa zona preparaban un atentado contra los JJOO de 2008.

El secretario general del Partido Comunista de China en esa región, Wang Lequan, afirmó el 9 de marzo que dos presuntos terroristas muertos por disparos de la Policía china en enero en Urumqi (capital regional) planeaban un atentado contra la cita olímpica.

El mismo día, el presidente del Gobierno regional, Nur Bekri, anunció que los tripulantes de un avión de China Southern Airlines habían evitado el 7 de marzo un atentado terrorista en el vuelo que cubría el trayecto entre la capital de Xinjiang y Pekín hace dos semanas.

También fueron destacadas las declaraciones ante los periodistas de Huang Ermei, un juez del Tribunal Supremo, quien el 8 de marzo afirmó que las penas de muerte en China descendieron un 15 por ciento en 2007 gracias a la reforma del sistema de condenas, cuyos resultados todavía no habían sido hechos públicos.

Tras la clausura de la ANP, el primer ministro chino dio hoy la tradicional rueda de prensa -única que concede en todo el año-, en la que ofreció muchas respuestas preparadas de antemano y en la que el Tíbet y la preocupante inflación del país fueron los temas principales.

Wen reiteró sus duras acusaciones contra al Dalai Lama y su "camarilla", a quienes culpó de los disturbios de los últimos días en Lhasa, la capital tibetana, que según Pekín causaron 13 muertos (un centenar según el Gobierno tibetano en el exilio).

"No sólo hay que tener en cuenta lo que el Dalai dice sino también lo que hace", advirtió Wen, quien, no obstante, señaló que la puerta del diálogo entre China y el líder tibetano está muy abierta "siempre que reconozca a Tíbet y Taiwán como parte de China".

Respecto a la situación de la economía nacional, Wen señaló que, en cifras, el objetivo es lograr que este año la inflación no supere el 4,8 por ciento y procurar que el crecimiento económico sea del 8 por ciento.

El año 2008, afirmó el primer ministro, será "el más complicado" para la economía china a causa de las incertidumbres que viven tanto los mercados internacionales como el chino.

Wen ya apuntó en el discurso de apertura de la ANP, el 5 de marzo, el objetivo de que la inflación no sobrepase este año el 4,8 por ciento (la que alcanzó el año pasado, pese a que entonces el límite se había fijado en el tres por cien).

Tampoco faltaron las menciones a Taiwán, cuyo gobierno independentista prepara el próximo fin de semana un referéndum para plantear la entrada de la isla en la ONU y que Pekín considera un desafío a su integridad territorial.