De niños y hombres

El fin de semana televisivo ha resultado de una intensidad brutal. Seguramente por contener unos contenidos pedagógicos fascinantes. El telespectador inquieto, aficionado al zapping, ha podido trazar un fiel perfil de la sociedad española actual, y sin necesidad de levantar el culo del sofá o encargar sofisticados y caros informes.

Gemma Nierga, presentadora de 'Ya te vale'

'Ya te vale' es un programa infantil que TVE emite a las diez de la noche, tiempo después de que los Lunnies hayan aconsejado a los más pequeños que se piren a la piltra. El programa, como viene siendo habitual en nuestra destruida televisión pública, es obra de una productora externa. En este caso de Atomis Media, que a su vez compró el formato a la BBC ('What Kids Really Think'), y que antes de vendérselo a TVE se lo colocó a algunas televisiones autonómicas. Nada original, como pueden ver. ¿El programa? Muy fácil… ¿Recuerdan ustedes los gallifantes? Era la unidad de puntuación en 'Juego de niños', un programa que se emitió entre 1989 y 1991. Pues es lo único que falta en este programa, basado en la misma gracia: grabar a niños describiendo con su peculiar gracejo situaciones o palabras. Aquel tenía formato de concurso, en éste se entrevista a personajes más o menos populares. Mismo perro, parecidísimo collar. Una espantosa y preocupante falta de imaginación.

Los niños de hoy serán los hombres del mañana. Y si atendemos a la televisión, Pajares y Cachuli son los hombres del presente. El primero fue entrevistado, aunque sería más preciso decir que fue destrozado, en '¿Dónde estás corazón?' (Antena 3). El ex alcalde marbellí estuvo presente en todas las cadenas y todos los formatos, puesto que ha logrado su primer permiso penitenciario y se ha ido a festejarlo a casa de la Pantoja.

La salida de chirona de Cachuli coincide, ironías de la vida, con el comienzo de la tercera temporada de 'Prision Break' (La Sexta). Recuerden que Cachuli, puñetero, no ha devuelto la pasta trincada, pero ya degusta libremente el famoso pollo a la Pantoja. Podría hacer un chiste, cambiando el ave de corral por el más popular de los lagomorfos, con lo cual la frase tendría connotaciones sexuales además de gastronómicas, pero no lo haré. Demasiado fácil, e incluso grosero, para un blog tan serio como éste. A lo que voy: que Cachuli ha salido de la trena, se ha pegado una ducha en casa de su novia, y ya está listo para continuar haciendo caja siguiendo el habitual circuito de programas de pago.

Como el pobre Andrés Pajares, que el viernes se arrastró hasta '¿Dónde estás corazón?' para ser descuartizado en directo por los habituales depredadores del corazón. El espectáculo fue lamentable, la batalla desequilibrada, puesto que Pajares está claramente enfermo. Es un hombre destruido, física y mentalmente, que fue vapuleado en directo por un grupo de sinvergüenzas que se hacen llamar periodistas. ¿Por qué las historias de degradación y humillación le hacen a uno más popular?, se preguntaba Homer Simpson la pasada semana.

Nota: por asuntos de paridad, tema fundamental en estos tiempos que vivimos, me veo obligado a equilibrar el post de hoy nombrando dos mujeres. He elegido a Mercedes Milá y a Bibiana Aido, ministra de Igualdad. La primera apareció el viernes en TVE ('Ya te vale'), y el sábado en 'La noria' (Telecinco). Cualquier cadena es buena, cualquier formato es adecuado, cuando se trata de aplacar la vanidad, saciar la soberbia y dar salida al exhibicionismo. Un esperpento, la pobre, puesto que parece ajena al deterioro de su carrera profesional. Algo que se pudo apreciar claramente en la retrospectiva que le dedicó 'La noria': ha pasado de entrevistar a Torrente Ballester, cuando sólo había una tele, a bregar con el ganado de 'Gran Hermano', cuando la oferta abunda. Lo que es la decadencia.

Lo de la ministra folklorista es otra cosa: una bendición. La llegada de la gaditana Bibiana Aido, encargada de la agencia andaluza para el Fomento del Flamenco justo antes de formar parte del nuevo Gobierno, nos devuelve la esperanza en la política a ritmo de bulerías. Si es buena ministra, ¡pedazo ministra! Si no, como es de Cai, seguro que tiene una gracia de la hostia…

Van por ella estas alegrías del gran Pericón…

Un motivo para no ver la televisión

Leer el periódico. Concretamente 'El País' del sábado, que incluía en sus Cartas al Director un texto de Nacho Sáenz de Tejada (con toda seguridad el mejor crítico de música popular de este país). La reproduzco íntegra. En ella se describen algunos de los principales problemas de la música española.

La música verdadera

'El País, 10 de abril'. Sección Cultura, página 48. Foto de Charles Manson con la cruz gamada pintada (¿quizá tatuada?) en el entrecejo bajo el subtítulo "El asesino de Sharon Tate cuelga en Internet su segundo disco". Una página entera. Cinco días antes, el grupo mallorquín Antònia Font, reciente premio de la música al mejor álbum pop contra todo pronóstico, se había presentado por primera vez en Madrid acompañado por una orquesta sinfónica. Ni una miserable línea en la edición nacional de El País, algo que resulta chocante si tenemos en cuenta que el 30 de marzo había hecho lo mismo en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona con excelentes y unánimes críticas, entre ellas una de casi media página publicada en El País, edición catalana. Es decir, excepto en Cataluña, ningún lector de este periódico ha sabido de la realidad de uno de los grupos más inspirados que hoy hacen música en España. Y seguimos leyendo el enésimo articulo sobre la crisis de la música, las maldades de las discográficas, las bondades de Internet, peculiaridades varias o, lo que es peor, la mierda musical de un fascista asesino en serie, en lugar de conocer a tantos artistas españoles que merecen la pena, que se ven relegados al ostracismo informativo y de los que Antònia Font son sólo un ejemplo. Ante criterios periodísticos tan singulares, cabe preguntarse con cierta indignación: ¿Qué está pasando? ¿Hay alguien ahí?

Nacho Sáenz de Tejada. Madrid.

Amén. Y para terminar, qué mejor que dos temas de Antònia Font…

Wa yeah

Extraterrestres