Viviendas VIPP ¿para gente VIP?

MADRID.-  Las viviendas de financiación público-privada (VIPP) que el presidente de Castilla-La Mancha ha presentado como la solución a los problemas de la región, no convencen más allá de las fronteras castellano-manchegas. Y hay voces que también se han alzado contra esta iniciativa dentro del ámbito autonómico. La principal crítica: el precio. Nosotros hemos echado cuentas, y creemos que algo falla en la propuesta.

rhurtubia (flickr.com)

Con el 'Plan Barreda', promotor y administración van de la mano. La Junta aporta la garantía de la demanda (empleará su bolsa de demandantes) y la financiación, y el empresario se compromete a levantar, sobre suelo de su propiedad, una vivienda de 70 metros cuadrados cuyo precio oscilará entre los 130.000 y los 150.000 euros (entre 22 y 27 millones de las antiguas pesetas). El promotor consigue, además, el préstamo para empezar a construir de manos del propio Gobierno regional. Y éste recuperará el dinero cuando el comprador pida la hipoteca y abone el piso.

El presidente castellano-manchego asegura que este tipo de viviendas no tiene nada que ver con las protegidas (VPO). De hecho, una VPO en Castilla-La Mancha cuesta una media de 986 euros/m²; es decir, que un piso de 70 metros cuadrados supondría 69.020 euros en total, casi la mitad del precio estipulado para una VIPP. Es más, lo cierto es que los 130.000-170.000 euros de una VIPP no están muy alejados de lo que se está pagando actualmente por una vivienda libre en la región.

Precios para gente 'VIP'

Empleando los datos del Ministerio de Vivienda sobre el precio del metro cuadrado, en Castilla-La Mancha se estaban pagando 178.150 euros de media en el primer trimestre de 2008 por un piso de 70 metros cuadrados, con un mínimo de 127.330 euros en Cuenca, y un máximo de 180.684 en Guadalajara. Es decir, que el máximo que se paga por una vivienda libre de estas medidas sólo supera en 5.000 euros el precio ofrecido por el 'Plan Barreda'.

Además, según nuestro cálculos, con una hipoteca a 25 años y a euribor + 0,50, la cuota mensual media rondaría los 843 euros, para los pisos de 150.000, y los 731 euros, para los de 130.000. Cifras que representan más del 75% de los ingresos de un 'mileurista'. Entonces, ¿a quién van destinadas estas viviendas?

Para el coordinador de IU en Castilla-La Mancha, Cayo Lara, los precios de las VIPP son "prohibitivos", por lo que sólo podrán acceder a ellas "unos pocos jóvenes VIP con rentas superiores". Algo en lo que, por una vez, también está de acuerdo el PP. En opinión del responsable popular de Nuevas Generaciones, Francisco Núñez, "los jóvenes de Castilla-La Mancha con trabajo apenas tienen un sueldo medio de 866 euros al mes", por lo que no podrían pagar una VIPP.

Pese a estas críticas, la Junta de Castilla-La Mancha asegura que son varios los gobiernos regionales que se han interesado por esta novedosa fórmula. Nosotros hemos querido comprobar si las VIPP podrían llegar a todas las provincias españolas.

¿Una fórmula extrapolable?

La Federación Regional de Empresas Constructoras de Castilla-La Mancha (Fereco) opina que "no se pueden extrapolar situaciones y soluciones de un sitio a otro". En opinión de los promotores castellano-manchegos, "lo ideal sería que cada comunidad autónoma diseñase sus propias iniciativas", contando, eso sí, "con la opinión de los empresarios, como conocedores de primera mano de la realidad del mercado", concluyen.

Así, la Comunidad de Madrid nos ha dado un rotundo "no" a la propuesta. En la actualidad, el Gobierno que preside Esperanza Aguirre se encuentra en proceso de elaboración de un nuevo Plan de Vivienda que, según confirman desde la Consejería del ramo, no tendrá en cuenta esta iniciativa. Su intención es centrarse en potenciar la figura del alquiler con opción a compra para los jóvenes y en buscar nuevas fórmulas de acceso a la vivienda de la ciudadanía, para lo que está previsto elevar las rentas medias para adquirir un piso de precio limitado y actuar directamente sobre los precios del suelo.

Una novedad será el 'Plan 45.000', que pretende crear un parque de viviendas en alquiler en suelo propiedad del Gobierno regional, que se cederá en régimen de concesión a las promotoras, que gestionarán los pisos durante un periodo de 20-30 años. Podrán acceder a estas casas, con alquileres prefijados, individuos de cualquier edad pero con un límite de ingresos aún por definir.

En Andalucía también están trabajando en la redacción de un nuevo Plan de Vivienda 2008-2012. El objetivo de la Junta es aprobar el programa en junio, y no está previsto incluir a las VIPP. Lo que sí se ha hecho es pedir a los promotores un listado de promociones que no venden y que estarían dispuestos a rebajar, pasando de la media actual de 200.000-220.000 euros, a un máximo de 174.000, incluido garaje, según nos apuntan desde la Consejería de Vivienda.

La iniciativa aragonesa consiste en permitir la recalificación de viviendas libres en protegidas, siempre que se trate de una promoción completa y no de casas individuales. La Generalitat catalana dio un paso similar la semana pasada con la creación de la figura del precio concertado catalán. Una modalidad que permite rebajar el precio de un piso de renta libre hasta en 160.000 euros al objeto de vender el stock de las promotoras.

Extremadura, por su parte, que puede presumir de tener las viviendas más baratas de toda España, tiene iniciativas propias también más asequibles, por lo que tampoco se muestra interesada en las VIPP. A través de su Programa Especial 60.000, ofrece, por sorteo y entre un registro de demandantes, casas de 80 metros cuadrados con plaza de garaje incluido a un precio de 60.000 euros más el IPC desde 2004. El éxito de esta iniciativa es total. Ya se han entregado 185 viviendas en Mérida, y próximamente se entregará otra promoción en Badajoz.

Lo más parecido a las VIPP que hemos encontrado es la figura de la 'vivienda protegida tasada' del País Vasco. Funciona desde hace dos años, y supone la participación de la iniciativa privada en la construcción de pisos con precios superiores a los que ofrecen las VPO, pero por debajo del mercado libre en terrenos de su propiedad. La diferencia: no se ofrece financiación al promotor ni se le garantiza un comprador.

El principal problema que puede devenir de alguna de estas iniciativas es lo que pensarán aquéllos que compraron un piso hace un año y ahora ven cómo otros muchos pagan un tercio menos.