Balkenende: un europeísta menos popular que Santa Claus

"Abróchense los cinturones". Esa es la irónica advertencia que hace un corresponsal neerlandés en los segundos previos a la cita con el primer ministro de los Países Bajos Jan Peter Balkenende. El líder demócrata-cristiano tiene fama de gris y aburrido, y la sugerencia del periodista es que lo último que cabe esperar de un encuentro con el político holandés es emociones o sorpresas de ningún tipo.

(EFE)

Balkenende.

Balkenende preside el cuarto gabinete de su carrera política tras superar diversas crisis (entre ellas una relacionada con el modelo de integración de extranjeros), y sus índices de popularidad no andan muy boyantes. En vísperas de su visita a España, un sondeo publicado por el rotativo holandés De Telegraaf indicaba que la figura de Sinterklaas, el legendario San Nicolás navideño, provoca más sentimiento de orgullo entre los holandeses que la de su premier.

Pero la presentación que Balkenende hizo en Madrid en el coloquio organizado por Nueva Economía Forum muestra que, al menos en la preparación de sus discursos, este devoto calvinista se preocupa por intentar proyectar una imagen amena: inició su alocución con un chiste, puntuó su intervención con guiños de humor y salpicó sus mensajes de referencias halagüeñas al país anfitrión, España; desde citas cervantinas hasta comentarios sobre las recientes victorias del deporte español en tenis y la Eurocopa.

En lo esencial, Balkenende, muy criticado por su gestión del referéndum sobre la Constitución Europea celebrado en los Países Bajos en 2005 y que rechazó mas del 60% de los votantes holandeses, ha querido presentarse como ferviente europeísta, defensor de un modelo liberal en lo económico y "tolerante" en lo social.

"Estoy de acuerdo con el Presidente Zapatero en que la Unión Europea es la mejor respuesta a los retos que nos presenta la globalización. Tenemos que encontrar soluciones e intentar avanzar", dijo en referencia a las dificultades de la Unión por la reticencia de algunos estados miembros a aprobar el Tratado de Lisboa, ratificado ayer por las cámaras holandesas.

"¿Podemos esperar que el Tratado entre en vigor el 1 de enero del próximo año? Será muy difícil", agregó. "Pero habrá que encontrar una fórmula porque desde mi punto de vista no hay alternativa. Espero que podamos dedicarnos a hacer política sobre los temas que realmente afectan a los europeos, desde el terrorismo hasta la creación de empleo, en lugar de quedarnos anclados en debates del pasado, porque eso sería muy peligroso".

Tras advertir a España sobre las dificultades de pasar de una situación de rápido crecimiento a una ralentización de la economía, "algo que vivimos en los Países Bajos a principios de esta década", Balkenende aseguró que no hay respuestas sencillas para enfrentarse a las crisis pero que, en la experiencia holandesa, fue necesario realizar "reformas difíciles". El político holandés añadió que las medidas proteccionistas no sirven para mantener la solidez de una economía y abogo por estrategias liberales y por invertir en innovación y desarrollo.

En el terreno social, Balkenende se refirió a la integración de los inmigrantes y afirmó que "la diversidad también lleva aparejados problemas. No podemos cerrar los ojos ante eso. Holanda siempre será un país tolerante. Soy contrario a quienes piden que prohibamos el Corán. Pero no permitiremos comportamientos contrarios a la legislación vigente en nuestro país", concluyó.