Los talones de Aquiles de la democracia electrónica

La democracia eléctrónica no acaba de despegar. Durante años, los teóricos han hablado de las ventajas y desventajas de un sistema que permitiera aprovechar los avances tecnológicos para lograr una mayor participación ciudadana en la vida política. Pero, para todo lo que se ha escrito sobre el tema, las escasas experiencias que se han llevado a cabo saben a poco.

(EFE)

Los jóvenes son los que tienen más acceso a estas redes.

El hecho de que la ciberdemocracia no vaya adquiriendo una importancia real con el paso de los años está relacionado con que los gobiernos no decidan apostar firmemente por experiencias a gran escala. Por eso, el Consejo de Europa está preparando unas recomendaciones para potenciarla en los Estados miembro. El borrador se ha debatido hoy en el foro que se celebra en Madrid durante estos días y ha servido para mostrar las virtudes de este sistema en Europa pero también para dejar al descubierto sus mayores fallos. Eso sí, con el propósito de encontrar soluciones.

Políticos anticuados y con poca libertad

"¿Realmente estamos dispuestos a compartir el poder?", preguntaba Andreas Gross, miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Gross se respondía a sí mismo recordando que muchos políticos creen que ellos tienen el monopolio del poder, "algo sin sentido en la sociedad actual". La negativa a perder parte del control es una de las principales razones que los lleva a no promover nuevos sistemas de participación ciudadana, según los participantes en el foro (la mayor parte de ellos, cargos públicos).

Además de ésta, hay otras razones más mundanas que también frenan el desarrollo de una democracia digital. La primera de ellas es la gran diferencia que existe entre generaciones a la hora de enfrentarse a las nuevas tecnologías. Mientras que un joven de 15 años está perfectamente familiarizado con las posibilidades que ofrece Internet, muchos adultos tienen problemas para subirse al carro informático. Eso excluye a un gran número de potenciales usuarios de estas vías de comunicación.

Por eso Ann Macintosh, experta en democracia electrónica de la universidad de Leeds, advierte a los políticos del riesgo de alejarse de los más jóvenes. "Ellos son los que están encontrando en las redes sociales un lugar de debate político. Ésa realidad está ahí y no podemos obviarla. No se puede avanzar dejando a un lado a los jóvenes", asegura. La sala en la que está hablando es un ejemplo: de entre la cincuentena de asistentes que forman el público, probablemente ni siquiera cuatro tengan menos de 30 años.

Göran Lindblad, presidente del Comité de Asuntos Políticos de la Asamblea del Consejo apuntaba otro factor clave para entender por qué la idea no llega a cuajar. "La democracia electrónica se desarrolla peor en los sistemas en los que los políticos están sometidos a la disciplina de partido o son elegidos en listas cerradas. Si ellos tuvieran mayor margen de acción o los ciudadanos pudieran evaluar su gestión personal (no la del partido), se daría mayor importancia a los mecanismos de intercambio de información y se escucharía más a los ciudadanos".

El desencanto ciudadano

(EFE)

Tener las herramientas no conlleva que después se vayan a utilizar correctamente. Uno de los problemas que se han expuesto es el desinterés de la población por participar en debates, hacer sugerencias u ofrecer su punto de vista en asuntos políticos. ¿Cómo convencer a los ciudadanos de que se involucren en estas iniciativas si uno de cada cuatro no acudió a votar en las pasadas elecciones? "La democracia electrónica es la clave para que los ciudadanos recuperen la confianza en las instituciones", aseguraba uno de los participantes en el coloquio. "No te puedes sentir parte de una sociedad si realmente no participas en construirla".

El hecho de que los ciudadanos no se involucren de manera masiva lleva a otro de los riesgos de la ciberdemocracia: que sean siempre los mismos grupos de presión los que aprovechen los canales disponibles para que prevalezcan sus intereses.

Y como 'el movimiento se demuestra andando', Thomas Buchsbaum, presidente del CAHDE (Comisión Ad hoc sobre democracia electrónica) ha pedido a los presentes su opinión sobre el documento de recomendaciones del Consejo de Europa, como ejemplo de participación ciudadana. Un debate fructífero hasta que surgió la esencia del sistema: "¿No sería mucho más adecuado hacer algo como un Wiki para que pueda llegar a más personas en vez de sólo a esta audiencia?".