El Defensor del Pueblo georgiano pide a la comunidad internacional vigilar las donaciones

Bruselas.-  El Defensor del Pueblo de Georgia, Sozar Subari, pidió hoy a la comunidad internacional que vigile las condiciones en que se suministrará la ayuda al país, a fin de que no sirva para fortalecer su "sistema de gobierno autócrata" y no contribuya a "arruinar la joven democracia georgiana en transición".

Subari agradeció en una carta la ayuda para la reconstrucción de Georgia tras la guerra con Rusia, acordada en una Conferencia de Donantes celebrada hoy y que finalmente será de 3.447 millones de euros (4.550 millones de dólares).

El Defensor del Pueblo solicitó "herramientas de control" que permitan observar la "auténtica actuación del Estado georgiano" y que las donaciones se conviertan en un "mecanismo efectivo" para el desarrollo progresivo de la economía "en transición" del país.

Para alcanzar esos progresos, opinó que son "indispensables" políticas que "respeten la economía, los derechos humanos y sociales y las libertades fundamentales".

"El pueblo de Georgia no merece un régimen autoritario, Georgia está necesitada en extremo de democracia", para la cual está preparada, sentenció.

Asimismo, resaltó la importancia de que los donantes den apoyo a las organizaciones no gubernamentales, los medios de comunicación y las "instituciones declaradas democráticas" para que estén presentes en cada segmento de la ayuda que reciba Georgia.

Justificó solicitarlo ante el "evidente déficit de una economía y una atmósfera social que tengan en cuenta los derechos humanos", así como una urgente necesidad de mecanismos de control en el país.

En opinión de Subari, las ayudas deben abrir paso al Estado de derecho, "despolitizar" los órganos judiciales, garantizar la libertad de expresión y de manifestarse, abolir el control de los medios de comunicación o proteger el derecho a la propiedad.

Además, han de contribuir a fomentar la competitividad de las empresas, establecer un espacio abierto para los políticos, apoyar unas elecciones libres o distribuir los poderes presidenciales y asegurar un equilibrio entre las diferentes ramas del Gobierno.

Subari denunció que las autoridades georgianas declaran constantemente su propósito de integración en Europa, cuando "en realidad actúan exactamente de forma contraria y rechazan todos los principales valores europeos".

Según señaló en la carta, se ha instaurado en el país una "corrupción de elite", un "grupo de personas que ostenta todos los privilegios" y que utiliza los servicios oficiales a su conveniencia.

Aunque la legislación georgiana contempla la libertad de reunión y manifestación, Subari lamentó que las personas que no están de acuerdo con las autoridades son arrestadas y golpeadas.