El alfiler

Pedro Piqueras, director de informativos de Telecinco, confiesa que siempre que presenta uno de sus noticieros tiene a mano un alfiler. ¿Problemas con la hechura de la chaqueta? ¿Costuras flojas en los puños de la camisa? ¿Es un degustador compulsivo de bígaros? Ni mucho menos. Piqueras lleva durante sus informativos ese clavito metálico, con punta en un extremo y cabeza en el otro, para autolesionarse. Como lo oyen. Dice el periodista que con un pinchazo a tiempo es capaz de evitar inoportunos ataques de risa en directo.

¿En qué parte del cuerpo se clavará el alfiler?

No aclara Piqueras la zona del cuerpo que elige para pincharse. Imaginamos que será por debajo del tiro de cámara, pero no sabemos si lo que se taladra con el diminuto clavo es el muslo, la rodilla o la punta del glande. Detalle sin importancia la sensibilidad de la zona elegida, puesto que lo sorprendente no es el mapa acupuntor del cuerpo de Piqueras, sino lo bajo que el puñetero tiene el umbral de la risa.

El día en que me enteré del recurso del alfiler, el risueño Piqueras arrancó sus informativos con el aterrizaje en llamas de un avión en al aeropuerto de Tokio: "Sólo hubo dos muertos, pero pudieron ser más de 300 si se hubiese tratado del mismo tipo de avión en su versión para pasajeros". Como segundo tema, los pormenores de la búsqueda del cadáver de Marta del Castillo en un vertedero. Tercera noticia: un trágico accidente en Galicia se salda con la muerte de cuatro jóvenes de una misma localidad, "en la que están destrozados". Cuarto tema: "Él le pegaba, ella le perdonaba, y él terminó estrangulándola".

¿Ustedes creen que un simple, diminuto e inofensivo alfiler puede alterar el temple de un tipo capaz de seleccionar, editar y leer estas noticias? Si a este hombre le diese la risa en medio de tal cúmulo de desgracias la cosa sería francamente preocupante. Además, me temo que un simple alfiler no tiene la suficiente firmeza como para atravesar el grueso caparazón que porta Piqueras. Para recuperar la seriedad necesitaría cuando menos unas tenazas recias, de esas de capar gorrinos, con las que arrancarse el escroto de un certero pellizco.

En cualquier caso, no descarten que cualquier día de estos, y ante la competencia entre cadenas, este faquir del periodismo se atraviese el gañote con el alfiler en pleno informativo. ¡Qué golpe de efecto! ¡Qué pelotazo de audiencia! ¡Qué charco de sangre! Sería la guinda a una carrera profesional impecable.

P.D.

Hoy se inaugura el 'Congreso sobre Creatividad en TV: Entretenimiento y Ficción', que organiza la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA). Sólo les diré dos cosas: que lo inaugura Bropi y lo clausura Flipy. Por si les queda alguna duda sobre la seriedad del evento, les diré que el presentador es Manuel Campo Vidal (a partir de ahora le llamaremos Vlipy), presidente de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión.

Un motivo para no ver la televisión.

Los Fabulocos
Cd: Los Fabulocos.
Delta Goove Music.

Kid Ramos es un guitarrista salvaje que viene del blues y hace rock. O quizá sea al revés. En cualquier caso, el californiano Ramos ha grabado cuatro magníficos discos en solitario antes de embarcarse en la aventura de los Fabulocos, junto a Jesús Cuevas (vocalista), James Barrios (bajista) y Mike Molina (batería).

Sombreros tejanos, tatuajes hasta en las orejas, acordeones desbocados, armónicas y guitarras asesinas. Ésta es la esencia de los Fabulocos, dignos herederos del espíritu de los Fabulosos Thunderbirds, una de las bandas más grandes de todos los tiempos. Su primer disco es un derroche de energía y buenas canciones.

You Keep Drinkin

Next Time You See Me