Los salmantinos viven el 'lunes de aguas' como el fin del ayuno de Cuaresma

Salamanca.-  Se acabó la Cuaresma y la Semana Santa y con ella, según marca la tradición, finaliza el ayuno de carne, la prohibición religiosa de probar este manjar.

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(EFE)

Un panadero salmantino prepara unos hornazos, un tipo de empanada rellena, principalmente,de chorizo, jamón y lomo.

Pero, según la costumbre de Salamanca, no sólo había prohibición de comer carne, sino que el ayuno se refería a la parte sexual, por lo que tampoco se podía practicar ningún acto sexual hasta el final de la Semana Santa.

La tradición del Lunes de Aguas se inicia en el siglo XVI, cuando llega a Salamanca el rey Felipe II para casarse con la princesa María de Portugal, mientras que en otras ciudades, como Valencia, la tradición comienza en el siglo XIV.

Durante la semana que duró la boda del monarca, en la ciudad se sucedieron todo tipo de festejos, como corridas de toros, bailes o torneos.

El rey quedó tan asombrado que promulgó un edicto, ordenando que durante los días de Cuaresma y Pasión se prohibiera comer carne y obligó a que las prostitutas fueran expulsadas de la ciudad.

Por ello, se las recluía en las 'casas de la mancebía', situadas en la orilla izquierda del río Tormes, en el barrio salmantino de El Arrabal, y que estaban dirigidas por un hombre al que los ciudadanos lo conocían como el 'padre putas', una denominación que se cambió durante la dictadura, llamándolo 'padre Lucas'.

Una semana después del Domingo de Resurrección, las casas de mancebía volvían a abrir sus puertas y las prostitutas podían regresar a Salamanca y eran esperadas en las orillas el río por los salmantinos, fundamentalmente los estudiantes.

José Luis Yuste, periodista y autor del libro 'El lunes de aguas (de fiesta y muy salmantina)', asegura a Efe que esta fiesta es la que "mayor arraigo" tiene entre los salmantinos y que en estos momentos consiste en que familias y amigos se van al campo a comer el típico hornazo, una especie de empanada rellena con productos del cerdo como chorizo, jamón o lomo.

Yuste afirma también que año tras año "se sigue esta tradición secular" lo que ha hecho que "permanezca viva", aunque en los últimos años, "sin olvidar sus orígenes" es una cita para "ir al campo con la familia y los amigos".

El periodista José Luis Yuste también recuerda que en otros puntos de la provincia de Salamanca se celebra el 'lunes de aguas', incluso en el municipio de Ledesma es el 'lunes y martes de aguas', saliendo los dos días a comer el hornazo en el paraje conocido como 'puente mocho'.

El hornazo, tradicionalmente, se hacía en las casas, donde las mujeres compraban la masa y la rellenaban de chorizo, salchichón, jamón y lomo casero, curados en las despensas de cada casa.

Aún existen algunos puntos de la provincia de Salamanca donde se reúnen las mujeres para hacerlos a mano y luego llevarlos al horno del pueblo para que se cuezan.

Es el caso de algunos municipios del Campo de Argañán, donde las gentes de esta zona fronteriza con Portugal llevan los hornazos al horno de "La Tía Quica", de Fuentes de Oñoro.

Una de las panaderías que más hornazos vende en la provincia de Salamanca es la de Jaime García, en Serradilla del Arroyo, donde aún cuece el pan en un horno de leña.

"Desde que empezó la Semana Santa habremos hecho alrededor de 3.500 hornazos, todos con embutido casero curado por nosotros", ha explicado hoy a EFE el panadero serradillejo.

Jaime García también ha manifestado que "para que el hornazo tenga buen sabor es imprescindible que lleve aceite de oliva virgen extra".

En algunos pueblos de la provincia de Salamanca, la mayoría de la comarca de Ciudad Rodrigo, suelen adelantar la fiesta del hornazo al Domingo de Pascua, para acudir al Real Fuerte de la Concepción del Aldea del Obispo donde, además, también suelen acudir vecinos portugueses de La Raya, de pueblos como Vale da Mula, Escarigo o Vilar Formoso, dado el carácter fronterizo de la fortificación.