Un viaje simbólico para derribar muros

BERLÍN.-  Desde principios de mayo, reproducciones del muro de Berlín están viajando por todo el mundo.Ya han pasado por Yemen y estos días se encuentran en Corea del Norte. A finales de junio volverán a ponerse en marcha hacia Israel, Palestina, Chipre, México... Países en los que el aislamiento, la separación y las barreras marcan —o han marcado hasta hace poco— la vida diaria. En cada uno de ellos, artistas locales decorarán las piezas para devolverlas a la capital alemana, donde serán derribadas el 9 de noviembre en una performance para celebrar los 20 años de la caída del símbolo que dividió Europa.

(Goethe Institut)

¿Dónde viajará esta parte del muro?

"Este año los alemanes celebramos la caída del muro que dividió la ciudad y Alemania entre Este y Oeste", explicó Michael Jeismann del Goethe Institut, director del proyecto Mauerreise (viaje del muro). "Sin embargo, hoy en el mundo sigue viva una constelación de divisiones. Entonces pensé que sería interesante no mirar sólo a nuestro muro, sino abrir los ojos hacia el mundo entero".

Para hacerlo, el Goethe Institut ideó un viaje, una experiencia que por sí misma representa libertad, para enlazar a Berlín todos estos países con un hilo simbólico. Las piezas son reproducciones del Muro, pero en un material más ligero para facilitar su transporte.

¿En qué piensan los yemeníes cuando se le habla de "muro"? El artista y director Ahmed Abdulaziz se acordó de un tanque de aceite para carros, un objeto utilizado en este país para marcar fronteras, y lo colocó encima del bloque de muro berlinés. Yemen, como Alemania, permaneció dividido. Hasta el 1990 existió una barrera entre la República Árabe del norte y el sur comunista. Abdulaziz, junto a otros ocho artistas locales, presentó a finales de mayo su reinterpretación del muro en el Museo Nacional de Sana’a.

Otras partes de muro se encuentran ahora en Corea, bajo las manos de Sok-Yong Hwang, uno de sus artistas más conocidos. Su historia personal le ha merecido el encargo del Goethe Institut: originario de Corea del Sur, huyó al Norte en 1980. Posteriormente fue invitado a Berlín, donde asistió a la caída del Muro en 1989. A su vuelta a su patria fue condenado a siete años de cárcel por deserción. Después de la amnistía, se convirtió en embajador cultural en Corea del Norte.

Noa Ben-Shalom

Artistas judíos y árabes trabajan con niños en la ciudad Umm el-Fahem (Israel)

"Gentes del mundo, mirad a Berlín, donde un muró cayó, un continente se unió y la historia probó que no hay reto demasiado grande para un mundo que actúa unido", dijo Barack Obama, todavía candidato a la presidencia, en su ya histórico discurso de Berlín el año pasado —en el que citó a un discurso del antiguo alcalde de Berlín Ernst Reuter—. "El único camino es la unidad, derribar barreras y muros y construir en su lugar puentes", añadió.

Y es que Berlín considera que tiene una lección que enseñarle al mundo. "No se pueden superar las divisiones solos. Para problemas globales hacen faltas soluciones globales", explica Michael Jeismann. "Éste creo que es el mensaje que hay que aprender desde la experiencia de Alemania».

A finales de junio, 15 artistas de Israel, Palestina y Alemania se citarán con el Muro en la ciudad israelí de Umm al-Fahm dentro de una exposición que examina el balance de poder en la región. Paralelamente, en la universidad Birzeit de Ramallah (Palestina), se ha convocado un concurso entre estudiantes para decorar las piezas. Las mejores ideas participarán en el evento berlinés de noviembre.

Otras paradas de este viaje simbólico serán, a finales de este verano, China, México y Chipre. Cada uno con su barrera y su historia.