Sarriguren, una "ecociudad" para vivir y trabajar

Madrid.-  Una ciudad formada por un parque empresarial dedicado al medio ambiente y más de 5.000 viviendas eficientes gracias a su orientación, al uso de energías renovables, ventilación natural y la reutilización del agua, con extensas áreas verdes y zonas peatonales.

ampliar foto

(EFE)

El presidente del Gobierno de Navarra Miguel Sanz (2d), junto a la presidenta del Parlamento Foral, Elena Torres (d), y el secretario general de la UGT en Navarra, Juan Goyen (i), durante la visita que realizaron el pasado mes de abril a una de las 186 viviendas de protección oficial promovidas por UGT en la segunda fase de la ecociudad de Sarriguren.

Así es la "Ecociudad" de Sarriguren (Navarra), galardonada con el premio europeo de Urbanismo 2008, el "Good practice" Habitat de la ONU y objeto de investigación este año en la Universidad de Harvard.

La ciudad, situada a 5 kilómetros de Pamplona, está constituida por 5.577 viviendas, el 97,85 por ciento de las cuales son de protección pública y 120 libres, ha explicado a EFE el consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio del Gobierno de Navarra, Carlos Esparza.

Según el arquitecto encargado del diseño, Alfonso Vergara, la ciudad está concebida con criterios de "ecourbanismo" como movilidad sostenible, arquitectura bioclimática, variedad de espacios urbanos de relación, uso de energías renovables y tecnologías limpias o tratamiento inteligente de residuos, entre otros.

Los pisos y viviendas unifamiliares que constituyen la ciudad disponen de certificación A o B, por lo que la cifra media de ahorro energético es de hasta el 51,85 por ciento.

La última fase del proyecto, iniciado a finales de la década de los 90, concluyó el año pasado y las últimas 1.000 viviendas serán entregadas en los próximo meses, según Esparza, que ha destacado también que el 90% de sus residentes son jóvenes entre 25 y 35 años y que el precio medio de los inmuebles se sitúa en los 150.000 euros.

La ecociudad cuenta con un parque central, de 86.000 metros cuadrados, espacios de juego y recreo, bulevares o espacios privados y está integrada en el entorno a través de corredores ecológicos, que han permitido recuperar riberas y repoblar la zona con especies autóctonas.

Este "diálogo entre la naturaleza y la arquitectura" se completa con un lago artificial, a lo largo del que se han creado paseos y plazas y se ha previsto la zona comercial, y 25 ejes peatonales, que suponen el 46,8 por ciento del sistema viario de la ciudad.

El lago, ha explicado Vergara, cumple además una "función principal en el riego y la recogida del agua de lluvia", que permite ahorros superiores a 50 litros por persona y día.

En el parque, se han instalado "los cubos de innovación", "edificios de pequeña escala para albergar oficinas, restaurantes o centros de investigación", y cuya fachada servirá como soporte del museo de arte electrónico.

Para aprovechar la radiación solar, los edificios se han orientado de manera que es posible la captación solar directa en períodos fríos y gracias al diseño de las fachadas, con lamas orientables, se garantiza la protección de la radiación solar directa en verano.

Se ha optado por materiales reutilizables, autóctonos y que precisan bajo mantenimiento para la construcción de los inmuebles.

En el noroeste de la ecociudad, se ubica el "parque de la innovación", una zona de actividad económica relacionada con la energía y el medio ambiente, que convertirá el proyecto "en un espacio mixto donde convivirá residencia, trabajo, centros de formación y ocio".

Entre las instituciones y empresas que ya tienen su sede en el parque, destacan el Centro Nacional de Energías Renovables (CENER) y los "líderes mundiales en el sector de las energías renovables" como Acciona (con sus filiales Energía y Solar) y Gamesa.