El comité de Seat pide primas por menor absentismo y un sueldo mínimo de mil euros

Barcelona.-  El presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero (UGT), prevé empezar a negociar en septiembre el nuevo convenio colectivo, en el que planteará a la empresa que otorgue una "prima" a los trabajadores con menor absentismo y fije en mil euros el sueldo mínimo de las categorías inferiores.

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(EFE)

Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat. EFE/Archivo

Los sindicatos aguardan la llegada del nuevo presidente de Seat, el británico James Muir, quien relevará a Erich Schmitt tras el verano, para sentarse a negociar, con meses de demora, el futuro convenio laboral, en el que no se abordará el tema de la subida salarial, según ha explicado Carnero a Efe.

Esta cuestión ya está resuelta hasta 2011, ya que en el referéndum celebrado el pasado mes de marzo, la plantilla de Seat acordó congelarse el salario durante este año e incrementarlo a la mitad del IPC en 2010, a cambio de lograr la adjudicación, como así fue, de la fabricación del nuevo Audi Q3.

El objetivo del comité es que en las negociaciones del nuevo convenio se aborden los temas que realmente importan y afectan ahora a los trabajadores.

Y éstos, asegura el líder sindical, pasan por garantizar un sueldo mínimo de mil euros a toda la plantilla y por premiar económicamente a los empleados con menor absentismo.

Carnero planteará a la empresa una modificación de la clasificación profesional, de manera que desaparezca la categoría de oficial auxiliar, la de menor nivel y cuyo sueldo se sitúa entre los 850 y los 900 euros.

En su opinión, la decisión de Volkswagen de fabricar en la planta de Martorell el nuevo Q3 demuestra la profesionalidad y calidad de plantilla de Seat, lo que ha de traducirse en la escala salarial asegurando un mínimo de mil euros a todos los trabajadores.

"Si queremos una plantilla profesionalizada y motivada, hay que pagar bien y garantizar un mínimo", señala Carnero, quien asegura que el presidente saliente, Erich Schmitt, estaba de acuerdo en este punto, aunque ahora, con el cambio en la presidencia, "habrá que empezar de nuevo".

El comité, por otro lado, pondrá sobre la mesa la posibilidad de que se recompense a los empleados que no falten al trabajo, como medida para luchar contra la "lacra" del absentismo.

"Hay gente que lleva años sin coger ni una sola baja y eso habría que premiarlo con una paga", indica el responsable de UGT.

Carnero asegura que esta cláusula se podría introducir en el convenio colectivo, al igual que cuando la empresa accedió a otorgar una paga extra a los trabajadores con mayor antigüedad en la compañía.

El presidente del comité confía en que el convenio esté cerrado antes de que acabe el año. "Creo que hay suficiente tiempo para hacer algo creíble y ajustado a la realidad".

Antes de iniciar las negociaciones con la dirección, no obstante, UGT tiene previsto reunirse con CCOO, el segundo sindicato en Seat, para tratar de crear una plataforma conjunta que les permita defender una postura común ante la compañía, tal y como hicieron en la negociación del convenio en 2003.

La voluntad de Carnero es plantear a la empresa tan sólo los puntos realmente importantes. "Quizá sean menos, pero más creíbles y necesarios", subraya.

Carnero cree que la llegada a Seat de James Muir, ex consejero delegado de Mazda Europa, comportará un mayor entendimiento entre sindicatos y empresa "desde el punto de vista de la edad y la mentalidad".

Muir, de 50 años y experto en mercadotecnia, vendrá contratado por Seat, "como uno más de la plantilla, con un salario y unas responsabilidades".

El futuro presidente, que asumirá el cargo el 1 de septiembre, ya se ha reunido con la plantilla, con quien ha sido "muy claro y directo", y a la que ha pedido su "implicación en todos los procesos industriales", según Carnero.

El comité, por su parte, ha tenido ocasión de trasladarle los dos importantes retos a los que tendrá que dar respuesta en esta nueva etapa: garantizar que los sindicatos participen en las decisiones importantes de la compañía y que los "sacrificios" por la crisis sean asumidos no sólo por la plantilla, sino también por la empresa.