Samanta Villar, antes drogadicta o vagabunda, se pasa al mundo de los ricos

Madrid.-  Ha vivido como una drogadicta, una anoréxica, una persona sin casa o sin papeles e incluso ha acabado imputada por robo; Samanta Villar se toma ahora un respiro con "21 días de lujo", mañana viernes en Cuatro, una experiencia en el mundo de los ricos, un mundo que, según dice, sería "maravilloso sin ricos".

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(EFE)

La reportera del programa "21 días...", de CUATRO, durante el reportaje "21 días de lujo" que mañana viernes emitirá la cadena televisiva. Ha vivido como una drogadicta, una anoréxica, una persona sin casa o sin papeles e incluso ha acabado imputada por robo; Samanta Villar se toma ahora un respiro con "21 días de lujo", una experiencia en el mundo de los ricos, que, según dice en una entrevista con EFE, sería "maravilloso sin ricos".

Samanta Villar es una de las reporteras más sufridas de la televisión con su programa "21 días...", un trabajo que le ha llevado incluso ante los tribunales, por acompañar a una familia de chabolistas que acabaron robando unos hierros en Sevilla.

Tras declarar ante un juzgado sevillano el pasado 13 de octubre, Samanta se muestra tranquila en una entrevista con Efe: "No sé lo que va a pasar, todo depende de un juez, pero mi experiencia en este año ha sido de un contacto tan directo con realidades tan duras que me parece que este no es un problema,no deja de ser una historia más de esta vorágine que es 21 días, pero no me quita el sueño".

Ahora, Samanta Villar se sumerge en el mundo exclusivo, envidiado y en general secreto, de los muy ricos, en el que, apunta, no ha echado nada de menos, aunque reconoce que se preocupó cuando vio que en la maleta llevaba ropa por valor de 20.000 euros.

Un equipaje a juego con su nueva vida, con visitas a las tiendas de ropa más exclusivas, donde probarse zapatos de Manolo Blahnik de 450 euros o vestidos de Dior de 7.100 euros, todo ello tras un tratamiento de caviar iraní y oro, para acabar en un hotel de Madrid de 5.000 euros la noche.

La famosa miembro de la jet-set madrileña Carmen Lomana, a quien Samanta define como "una señora muy inteligente que tiene las ideas muy claras", le ayudó a situarse en este mundo de elegancia y sofisticación, en el que ha seguido por ejemplo a la familia Turzi, cuyo patriarca, Giuseppe, de 60 años, y su hijo Alex disfrutan de su patrimonio en Mallorca.

Por tanto, las dificultades de este rodaje han llegado no por el entorno, sino por las personas, como apunta la periodista: "Teníamos que hacerles entender a muchos millonarios que nosotros no estábamos a su servicio, no estábamos haciendo un publirreportaje, porque están acostumbrados a que todo el mundo haga lo que quieren porque para eso lo pagan".

La presentadora de "21 días" (23.15 horas del viernes) pone dos ejemplos que le llamaron mucho la atención: "Un restaurante donde el camarero te busca un par de gafas hasta un hotel donde fueron a cazar moscas porque así lo pidió el cliente".

Samanta Villar se sorprendió sobre todo del hecho de haberse entendido más fácilmente "con gente con una situación dramática personal que con aquellos que tienen la vida solucionada".

Y resume su experiencia en una frase: "El mundo de los ricos sería maravilloso si no hubiera ricos".

En la siguiente entrega, seguirá viviendo en primera persona el programa que califica "más extremo", que desarrolla, por primera vez en "21 días", íntegramente fuera de España.

"Hemos estado en una mina boliviana, donde la gente se juega la vida en silencio y en soledad cada día para ganar 30 euros al mes, viviendo en unas condiciones miserables, abandonados por todo el mundo", concluye la conductora de "21 días".