PEKIN (CHINA).- Los artistas están a veces en mejores condiciones de captar un momento histórico. En el momento en que Pekín celebra sus JJOO monumentales, una joven artista china ha inmortalizado los rostros de los emigrantes chinos que han construido los estadios y las carreteras, para después ser desterrados de la capital antes de que empezase la fiesta.
Wen Fang, artista de 32 años diplomada de la escuela Louis Lumière de París, ha creado una instalación con decenas de ladrillos verticales, alineados como si fueran tumbas, cada uno con la foto del rostro de uno de esos 'mingong' (literalmente, campesino-obrero) de Pekín, ataviado con un casco de obra.
El símbolo es potente, y la referencia china explícita: se piensa inmediatamente en el ejército de terracota enterrado del emperador Qin Shi Huang, quien, en el siglo III a. C., ordenó que lo sepultaran en su mausoleo de Xi’An con millares de estatuas de tamaño natural de sus guerreros, a los que debía su inmenso poder.
Los 'mingongs' son, desde hace dos decenios, la carne de cañón del milagro económico chino, como los soldados del emperador Qin fueron los artífices del imperio chino, que duraría dos milenios y continúa hoy bajo distinta forma.
Ignorados, despreciados, a menudo incluso sin percibir salario o sobreexplotados, los entre 150 y 200 millones de hombres y mujeres llegados del campo merecen desde luego este homenaje, que no se encontrará en ningún sitio en Pekín salvo en el pequeño espacio de la galería Paris-Beijing.
Ladrillos creados por Wen Fang.
Esta galería, abierta por un matrimonio francés, está situada en el corazón del 'espacio 798', un antiguo polígono industrial de magníficos edificios de estilo Bauhaus construidos por alemanes del Este en los años 50, transformado en pocos años en un verdadero mall del arte donde se encuentran los pesos pesados mundiales del sector.
Me resulta difícil volver al 798 sin que se me encoja el corazón. A principios de la década de 2000, asistí al nacimiento de este barrio, iniciativa de un puñado de artistas chinos y unos cuantos amigos extranjeros que estaban lejos de imaginarse que, en menos de un decenio, se convertiría en uno de los lugares más de moda de la capital china.
Había al principio una modesta librería, TimeZone8, abierta por un americano, que era el único sitio de Pekín donde podían encontrarse catálogos de exposiciones de todo el mundo, monografías de los principales artistas contemporáneos y algunas revistas underground sobre los primeros pasos del arte contemporáneo chino.
Enseguida aparecieron un par de galerías, talleres de artistas, un par de cafés y, sobre todo, un espíritu de libertad y creatividad —todo ello en medio de fábricas que seguían funcionando—. Por la noche, se cenaba por dos perras en la cantina sechuanesa abierta junto a una fábrica; estos dos mundos tan distintos cohabitaban pacíficamente. El arte, y sobre todo la pasta, se han impuesto finalmente. Tras un pulso con los propietarios de los edificios, que tenían en mente transformar el barrio en zona comercial de electrónica, las autoridades locales han comprendido por fin lo mucho que podían sacar de allí.
En efecto, el espacio cultural 798 ha constituido un escaparate de modernidad para Pekín, al insertarse en las tendencias mundiales del arte contemporáneo, lejos de la imagen totalitaria del hombre del tanque en Tiananmen de la que no podía desprenderse.
El precio a pagar por este cambio de imagen no es muy alto: un poco de impertinencia por parte de los artistas, que se divierten con los símbolos del comunismo, el maoísmo, e incluso con el mismísimo Gran Timonel. No hay pues peligro de que el público, los jóvenes de la clase media china emergente y los extranjeros, se conviertan bajo esta influencia en peligrosos elementos subversivos.
La luz verde oficial ha propiciado la llegada de nuevos actores al 798, que han invertido masivamente. La fundación Ullens, nombre de un riquísimo matrimonio belga que posee una de las mayores colecciones —si no la mayor— de arte contemporáneo chino del mundo, ha abierto el único sitio con fines no lucrativos de la zona, el UCCA.
No lucrativo pero no necesariamente desinteresado, animado por un francés muy conocido en el mundo del arte contemporáneo parisino: Jérôme Sans, antiguo director del Palais de Tokyo.
La semana pasada, fue un gigante americano quien desembarcó en el 798: la galería Pace de Nueva York, que ha abierto un espacio absolutamente gigantesco, combinando artistas chinos y valores seguros internacionales, como Andy Warhol, Cindy Sherman, Basquiat... Con Pace, el 798 cambia de escala y pasa sin transición de la marginalidad al mercado.
Esta evolución es paralela a la de la cotización de los artistas chinos, que ha explotado literalmente en estos últimos años: los artistas marginales de hace 10 años son hoy los millonarios de la China olímpica. Muchos de ellos han perdido su alma y su inocencia en el tránsito.
Pero sería un error rechazar de un plumazo a todos los artistas chinos por haberse vendido a las leyes del mercado. En su seno, persiste una vitalidad y creatividad que faltan a menudo en otros sitios. Y, en medio de tal efervescencia, ese homenaje a los hombres que se encuentran en lo más bajo de la escala social china; hacía falta un artista para llevarlo a cabo en el corazón del hipercapitalismo chino.
*Artículo originalmente publicado en el medio digital francés Rue89.
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Un repaso a dos semanas en Pekín de deporte y algo más.
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.